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Como cada año, el último domingo de octubre, y con el objetivo de optimizar el consumo energético europeo, el horario se volverá a adaptar al invierno.

En la madrugada del próximo sábado 27 de octubre al domingo 28, los relojes se retrasarán una hora. Así, a las 03:00 serán las 02:00. Eso quiere decir que el tiempo dedicado al descanso nocturno ese día ha ganado una hora, que se pierde por la tarde en forma de menos tiempo de luz natural.

El cambio horario se remonta a la década de los 70, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para poder aprovechar mejor la luz natural del sol y consumir así menos electricidad en iluminación.