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Este sábado la asociación de salvaguarda del patrimonio industrial valenciano APIVA ha visitado el municipio de Monóvar. De la mano de miembros de la asociación cultural Xinosa y representantes del Ayuntamiento de Monóvar, han descubierto los vestigios de una rica industria que hace no tantas décadas hizo florecer la comarca del Vinalopó. Desde la industria alcoholera (el conocido Cantueso Oro tiene su origen monovero), pasando por la mayor fábrica de velas litúrgicas que abastecía a nivel nacional o los jabones de las fábricas Luis Marhuenda, Palomares o Sol, todas han ido desapareciendo con el paso del tiempo. Sin embargo, algunas de estas industrias siguen manteniendo en pie parte de sus antiguas instalaciones y fueron visitadas en la jornada de ayer por un nutrido grupo de amantes del patrimonio industrial.

El grupo de expertos ha destacado la antigua fábrica de harinas con su imponente silo de hormigón armado convertido en un improvisado mirador de 360º, así como la antigua cooperativa de vino. Ambas instalaciones merecen una revisión en su protección municipal y/o autonómica, así como jornadas específicas (técnicas, sociales y participativas) para proporcionarles un futuro dotacional, a día de hoy más que inciertos.